Aumento inusual de la demanda, cambios drásticos del consumo, y una economía frágil, parte de los desafíos de Kimberly-Clark en Panamá y la región.
Las imágenes recorrieron el mundo. Las estanterías de supermercados y grandes tiendas repentinamente quedaron vacías de papel higiénico en Estados Unidos. La industria productora y comercializadoras de productos de higiene personal, limpieza y cuidado del hogar se encontró en marzo con un incremento inusual de la demanda, que puso a prueba la capacidad de respuesta y la logística de distribución y suministro.
Para la multinacional KimberlyClark, con 60 años de operaciones en Panamá, el inicio de la pandemia marcó un antes y un después en el negocio.
Aumentos de la demanda, cambios drásticos en los hábitos de compra, nuevas pautas de medidas de bioseguridad para operar y una región con una economía más frágil y un consumidor afectado.
Este panorama para Gonzalo Urbe Arbeláez, vicepresidente de la región norte de Latinoamérica de Kimberly-Clark, lejos de desanimarlos los ha llevado a “reinventarse día a día”, con nuevo planes y estrategias.
Detalla que a lo interno, además de mantener de forma ininterrumpida la operación, aplicaron protocolos de seguridad para resguardar a los más de 4,500 colaboradores que tienen en la región, de los cuales 300 están en Panamá.
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